martes, 19 de febrero de 2013

Donde viven los monstruos


Durante este mes de febrero, la especialista Ana Garralón imparte a través de Atrapavientos  un curso sobre el famoso álbum ilustrado.

Esto, nos ha hecho rescatar esta narración de la experiencia que tuvimos en las bibliotecas de la Comunidad de Madrid, en el 2010. En aquellos años, previos a los recortes, nuestros talleres se desarrollaban una tarde a la semana en cada biblioteca durante todo un curso escolar, lo que nos permitía hacer un trabajo en profundidad. Las edades de los niños iban de los seis a los doce años.

Este relato es el que adjuntamos en nuestra memoria de actividades. Por suerte, tenemos las grabaciones originales y muchas notas recogidas de estos eventos, pero mientras surge el tiempo de meterle mano en profundidad, nos ha parecido que quizás este aperitivo os de alguna nueva mirada sobre el álbum y su recepción.

Nuestro trabajo en estos debates se basa mucho en el expuesto por Aidam Chambers en su libro Dime , tratando de hacer un debate muy abierto pero muy profundo donde se respeten todas las opiniones, siempre y cuando se sustenten en el texto o en la ilustración.

Para los debates invitamos a los padres de los niños participantes en los talleres y la expectación fue muy grande desde la preparación. Con los niños ya habíamos comentado el libro y habían surgido algunas cuestiones centrales como la frontera entre realidad y fantasía, sobre si la historia había sido en realidad un sueño.

Los padres se mostraban en general escépticos e incluso algunos vinieron a preguntar si realmente íbamos a debatir sobre ese libro tan breve.

Para la sesión utilizamos un VHS que está disponible en la biblioteca y que reproduce la historia con una animación muy simple pero que nos permitía
que todo el mundo conociera el libro, sin tener que leerlo de nuevo a los niños
que ya lo habían venido trabajando.

El debate fue tan rico que la hora y media de duración apenas nos alcanzó para
resolver todas las cuestiones que salían.

En cada una de las bibliotecas que trabajábamos los debates tuvieron sus particularidades, os comentamos brevemente algunas:

Biblioteca Pública Fuencarral- El Pardo
Hubo familias que venían muy preparadas de casa que habían visto el libro, la
película y que tenían ya sus propias conclusiones al respecto.
Después de debatir casi una hora Quique dijo: ‘yo tengo una preguntita,
¿dónde viven los monstruos?’ el grupo se puso de nuevo en marcha y se dieron
muchas ideas que poco a poco nos fueron llevando a ver que los monstruos
viven ‘en nuestra propia habitación’.
Al finalizar les preguntamos si el libro les gustaba más ahora después de haber debatido sobre él. Algunos niños comentaron que ya les había gustado mucho desde el principio y otros insistían que no les había gustado, pero se notaba que habían disfrutado mucho más de lo que esperaban durante la charla. Los padres, sin embargo, se mostraron entusiasmados. La conversación había cambiado totalmente su visión del libro y se despidieron diciendo: ‘¿Cuándo hacemos otro debate?’.

Biblioteca Pública Central
Hay que reconocer que los padres estaban menos motivados que en
Fuencarral, asistieron menos, algunos se olvidaron… de todos modos fue muy
interesante su interpretación. Varias madres coincidían en que al final el niño
entendía por qué la madre le había castigado. Los niños no coincidían para
nada en esta interpretación. Para nosotros fue un ejemplo muy claro de cómo cada lectura es personal y a veces, muy interesada.

Salió muy fuerte la teoría de que el viaje de Max es un viaje en el tiempo, no
sólo en el espacio y que por eso puede ir y volver y que la cena todavía siga
caliente. Jaime tenía un desborde de imaginación tal que nos metió de lleno en
una interpretación con agujeros negros y todo que no dejó de sorprendernos.

Villa de Vallecas
Curiosamente la mayoría de los asistentes fueron padres que se mostraron muy
interesados y motivados. También asistió Ana Julia, la directora de la biblioteca, y fueron muy interesantes sus aportaciones. Como ya no hay video en la biblioteca, no pudimos ver la animación así que lo leímos y hubo mucha expectación.





El debate fue muy intenso, hubo muchas teorías sobre si la aventura de Max pasó o no de verdad y estaban todas muy bien sustentadas por las ilustraciones. Un grupo creía que había sido un sueño porque en una ilustración se muestra con los ojos entornados. Brenda nos decía que en el libro ‘todo lo que fue largo se convirtió en algo corto’ como sucede en los libros.







La luna menguante al final, nos desconcertó mucho hasta que Aitor dio con la solución: ‘el autor lo pone para que sea una adivinanza y tengas que pensar más’.





Observando con detenimiento las formas que tenían los monstruos alguien señaló que uno de ellos tenía pies humanos y entonces llegamos a la conclusión de que todos somos un poco monstruos, y que los monstruos eran en realidad él mismo Max.

Estrella Escriña