sábado, 26 de octubre de 2013

Halloween

Sí llega octubre y el afán anglosajón por permear nuestra cultura consigue que Halloween esté más y más presente en nuestras vidas. Sin ir más lejos, mi hijo de cuatro años no podía entender el otro día porque nosotros no podíamos salir a pedir puerta por puerta caramelos como hace Caillou y la explicación de la diversidad cultural y geográfica que le di no le dejó nada conforme. 
 

Pero nos guste más o menos, es un hecho que esta fiesta se va imponiendo y que muchos niños la esperan y la celebran de algún modo. Por eso es una buena oportunidad para aprovechar y tratar el tema del miedo y la literatura por diferentes caminos.
En nuestra sección de actividades os proponemos dos relacionadas con este tema: una familiar y otra de lectura en voz alta que se puede realizar desde el segundo ciclo de primaria, pero antes nos gustaría aprovechar para reflexionar sobre algunas cuestiones previas: 

Las cosas que dan miedo
Esta es una pregunta muy interesante para planteársela previamente a cualquier grupo con el que estemos trabajando. Es interesante desgranar con ellos si las cosas que dan miedo en la realidad, dan miedo en la ficción como plantea en la introducción de su libro 'La fábrica del Terror', Ana María Shua. El miedo diario, a un examen, a no haber hecho la tarea, a un castigo, a la directora del colegio, no suelen formar parte de los cuentos de miedo... o sí. A su vez, los vampiros, fantasmas, brujas... llenan los cuentos de miedo y nuestra fantasía porque como dice Shua en otro de sus libros 'Planeta Miedo' la mayor fábrica del terror es nuestra propia mente. 


Pero si no da miedo...
Esto es lo que dicen los niños después de haber escuchado un cuento de miedo. Los cuentos de miedo siempre decepcionan, la expectativa del miedo que se va a pasar es siempre mucho más alta de lo que luego sucede. Por eso, cuando contamos cuentos de miedo, tratamos de no aumentar al expectativa del público, siempre es mucho mejor que el cuento les sorprenda. Los cuentos con imágenes fuertes, donde haya un toque de sangre (sin llegar a ser R.L. Stine) suelen funcionar muy bien pero hay que tener cuidado de cómo manejarlos: un vampiro chorreando sangre recién chupada también puede llevar a la risa.
Dentro de los de miedo, siempre nos gusta incluir cuentos 'de susto', en los que en algún momento, en el embeleso del público, un grito o un salto del narrador hace que el público se levante, literalmente de la silla. Estos cuentos no decepcionan, por inesperados, y permanecen mucho en la conversación posterior.


Y si luego tienen miedo...
Esto es lo que dicen los padres, justo lo contrario. En el trabajo con familias, este tipo de conversación sobre cosas de miedo puede ayudar a reflexionar sobre el miedo, la crueldad o la violencia en los cuentos, sobre todo en los clásicos. Este tema que les sigue preocupando mucho abre muchas preguntas sobre la recepción de la literatura y su capacidad de afectarnos.
A nosotros nos gusta recomendarles esta lectura de Brenda Bellorín sobre lo necesario del miedo en la literatura y en la vida 

Las ilustraciones son de Carlos Cotte del libro Chumba la Cachumba de Ediciones Ekaré

No hay comentarios:

Publicar un comentario